NEGRAYCRIMINAL (V)

Foto: Victoria Fuentes Caballer

Durante todo el club de lectura del pasado martes, fui incapaz de desprenderme del molesto sentimiento de culpa en el que, después de los treinta días de que dispuse, había acabado derivando mi incapacidad para leer el libro que Paco nos encomendó este mes de mayo. Las quinientas treinta páginas de Sombras sobre Berlín, del historiador, periodista y escritor alemán Volker Kutscher, se han revelado como un Everest infranqueable para quienes, como a mí, el tiempo se les ha echado encima con la fiereza del depredador deseoso de culminar la emboscada. Harto de lecturas entrecortadas en los breves trayectos de metro de casa al trabajo y viceversa, y sabedor de que no conseguiría acabarla, me derrumbé a una semana del club y, preso de una gran frustración, deposité la novela en el estante con el mismo dolor del padre que deja llorando en el colegio a su retoño.

En estos casos es cuando uno se siente más orgulloso de pertenecer a un club en el que, afortunadamente, sí aceptan a tipos como yo y en donde la generosidad de algunos compañeros para tapar los descarríos de otros provoca su inmediato arrepentimiento y la vuelta al redil con la cabeza a un palmo del suelo. Al parecer, Kutscher, que estuvo presente en la pasada BCNegra junto a Rosa Ribas y Zoran Drvenkar, en una mesa en la que se habló del Krimi –la denominación que recibe el género negro y criminal en alemán–, si bien ha acercado al lector el Berlín de la República de Weimar con una gran maestría en la reconstrucción y ambientación de la época, en cambio ha fracasado estrepitosamente en el intento de mostrar el alma de los personajes que pululan por dicho escenario. Como ya se intuía, no tardó en surgir también la comparación con el escocés Philip Kerr, cuyas tramas tienen muchísimas similitudes por cuanto transcurren en escenarios parecidos y en períodos históricos coincidentes. Aunque hubo un consenso generalizado respecto al meritorio rigor del trabajo de Kutscher, se ha echado en falta la agilidad y la perspicacia narrativa de Kerr. Como alguien dijo, el escocés “es infinitamente más esponjoso”. En resumidas cuentas, y pese a que Paco se lanzara a disertar sobre los tres tipos de novela negra existentes –la de personajes, la de trama y la de atmósfera– para acabar concluyendo que el protagonista de esta novela es en realidad la ciudad de Berlín, Gereon Rath no le llega ni a la suela de los zapatos al gran Bernhard Bernie Gunther. Sea como fuere, al final de la comida en la cervecería alemana de la Ronda Universidad Alt Heidelberg, fundada en 1934, hubo unanimidad en cuanto a que el verdadero protagonismo de este mes sin duda lo ha acaparado el notable codillo con chucrut (eisbein mit sauerkraut) que nos sirvieron.

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Es la primera vez en el tiempo que llevo de blog en que mis incumplimientos respecto a la publicación del post han sido ajenos a mí. Al parecer, durante veinticuatro horas, Blogger ha caído por culpa de un mantenimiento mal realizado