Foto: R. Berrocal |
Claro que sí, son damanes, un mamífero placentario difícilmente clasificable ya que, pese a guardar cierto parecido externo con los roedores, se trata en realidad de un ungulado primitivo que ha evolucionado de manera muy distinta a sus parientes vivos más próximos... ¡los elefantes y los manatíes! El orden al que pertenecen y que no comparten con ningún otro animal, los hiracoideos, comprende seis especies agrupadas en tres géneros y una sola familia, la procaviidae. Se originaron en África hace cincuenta millones de años y actualmente se extienden por dicho continente y por la Península arábiga.
La familia de la imagen residía en el Parque Nacional de las Augrabies Falls, al norte de Sudáfrica, uno de los pocos que se puede recorrer a pie gracias a la ausencia de leones –¡eso dicen!–. Fue una foto inolvidable, en cuya laboriosa ejecución me sentí como Santiago, el pescador de Hemingway, soltando carrete. Por eso, para acabar hoy, me voy a permitir la licencia de revivirla. Se inició cuando, con los prismáticos, observé a los damanes en un risco caléntandose bajo el bendito sol de una desapacible mañana de invierno. Me había dejado olvidado el teleobjetivo en el coche, por lo que estaba obligado a acercarme. Lo hice sin el menor ruido. Cuando, tras una larga hora, juzqué tenerlos a tiro, me llevé la cámara a la cara con movimientos imperceptibles. Estaba seguro de que podría fotografiar a la madre junto a, al menos, un par de crías antes de que salieran despavoridos. Cuál fue mi sorpresa al ver que se formaba una hilera perfecta y que, más curiosa que temerosa, la familia entera miraba el objetivo. ¡Ya eran míos!
No sé si podré esperar un mes per saber quina història hi ha darrera d'aquesta foto de portada i de qui poden ser parents propers els elefants! Sort que el febrer només té 28 dies! Imma
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