31 de març 2011

CRIOGENIZACIÓN Y TANATOPRAXIA

 
Foto: Imágenes Google

Que no cunda el pánico. Que nadie se me asuste y se vaya a ir sin leer este post. Vale, vale, reconozco lo disuasorios que resultan los palabros del título; es más, me disculpo por la cantidad de escatología que encierran. Pero de alguna manera tenía yo que sublimar mi dedicación actual de editor de biografías de difuntos si no quiero verme afectado por una depresión de caballo el día menos pensado. Se trata de quitarle un poco de hierro al asunto. Y hoy, al acordarme de cierto espacio de un programa de radio que escuché hace ya algún tiempo, lo he visto claro. Sucedió en La Ventana, cuando Gemma Nierga y Juan José Millás decidieron invitar a Andrés Albarrán, un hombre que entonces tenía 77 años y era el presidente de la Sociedad Española de Criogenización, una técnica para conservar el cuerpo humano congelado después de muerto a la espera de que en el futuro la ciencia permita revivirlo. Este peculiar presidente explicó, entre risas, que sólo hay un lugar en el mundo en que se crioniza: Arizona. A uno lo meten en unas cápsulas de metal a 190º bajo cero y bocabajo. Y a esperar a que alguien te despierte. Tan sólo hay que desembolsar veinte millones de las antiguas pesetas. Claro que si no se dispone de tal montante, por algo menos se puede crionizar únicamente la cabeza. Para Andrés Albarrán la pega es tener que ir a Arizona a criogenizarse. «Imagináos volver a la vida de aquí a doscientos años y que al despertarte todo el mundo te hable en inglés. ¡Menudo trauma! Yo, por si las moscas, estoy haciendo un curso acelerado antes de morirme», comentó. Lo encontré entrañable y, aun deseándole lo mejor, también lo compadecí, ya que, por su humor y sus palabras, deduje que había tenido una vida plena. Así que para qué liarse con otra si, como todos sabemos, segundas partes nunca fueron buenas. Además, con su decisión se va a perder lo que puede llegar a ser capaz de hacer con un cadáver un buen tanatopráctico, el especialista en maquillarte para ser expuesto ante tus seres queridos justo antes de empezar a criar malvas. ¿O es que no ha visto actuar al artista Fedrico de la funeraria Fisher en alguno de los capítulos de la estupenda serie A dos metros bajo tierra? ¿O, en el colmo del sibaritismo, las tanatopraxias que se practican en la película japonesa que hace dos años ganó el Oscar, Despedidas?

1 comentari:

  1. joan Anton Sanchez Romero1 d’abr. 2011, 19:54:00

    Quinq por no m'agradaria passar per aquest trauma,com diu la cançó.....sólo se vive una vez,..... caramba!

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