25 de maig 2011

"DON NADIE" SOMOS TODOS

Foto: Imágenes Google

Se salvó el otro día pero no así hoy. Y es que, mucho más que llamara «idiota» al pueblo llano –luego, además, resultó falso–, lo que me molestó de Arturo Pérez-Reverte fue la expresión que utilizó para descalificar al cineasta Antonio González-Vigil a raíz de la querella que éste interpuso en su día contra él por considerar que le había plagiado un guión con el que hilvanó la trama de la película Gitano, estrenada hace ahora poco más de diez años. El escritor cartagenero de El club Dumas o La Reina del Sur se despachó a gusto diciendo que no tenía ninguna necesidad de copiar de un «don nadie». Algunos dirán que la copia en sí es muchísimo más grave que la ofensa. Para mí, no. Y es que mientras que esta descalificación sólo puede articularla quien mira por encima del hombro, el plagio es en cambio un acto de pleitesía ante una obra deslumbrante e inalcanzable a ojos del que recurre a él. De ahí que el plagiario confeso despierte mi admiración, como no hace mucho ocurrió con Alfredo Bryce Echenique –no así con Camilo José Cela o ahora con el propio Pérez-Reverte, pese a que los tribunales hayan dictaminado en su contra–.
Siempre que surge la locución «don nadie» froto la lámpara mágica del recuerdo y se me aparece la película de Frank Capra Juan Nadie. Reconozco lo ingenuo de la asociación de ideas, pero a ver quién se atreve a negar la complejidad del papel de Gary Cooper, un vagabundo que representa el prototipo del americano medio, tanto por su físico como por la pérdida de su sueño. Juan Nadie (John Doe en inglés) somos todos y cada uno de nosotros. Innumerables don nadie han tomado estos días algunas plazas de las principales ciudades españolas, esos mismos don nadie que tantas veces han cambiado el curso de la historia, como tan bien han atestiguado los hechos acaecidos en Túnez y Egipto meses atrás. Don nadie es el que lucha para salvar los logros democráticos basados en valores éticos, de justicia y libertad. Para distinguir entre opinión pública y opinión mediática, para no sucumbir al engaño propagandístico. «Los medios de comunicación están en manos de la gente pudiente», señala Hessel. Y José Luis Sampedro añade: «¿Quién es la gente pudiente? Los que se han apoderado de lo que es de todos. Y como es de todos, es nuestro derecho y nuestro deber recuperarlo al servicio de nuestra libertad». Todo esto y mucho más comporta ser un don nadie, Arturo.

1 comentari:

  1. Doncs jo veig molt ben trobada la teva ingenuïtat.
    En castellà et diria que "tu discurso está muy bien hilvanado"

    M'ha agradat molt aquest post!!!!

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