31 de maig 2011

"BIG DOG", UN PERRO SIN PULGAS

Lo he dicho ya una vez en este blog: de entre todos los inventos que he tenido ocasión de conocer en lo que llevo de vida –ya empiezan a ser unos cuantos–, y de los que yo he podido además beneficiarme directamente, el que más ilusión me hizo fue la impresora de inyección de tinta que me regaló mi mujer por mi vigésimo tercer cumpleaños. Mucho antes, sin embargo, me había admirado otro invento futurista sobre el que, si me lo permitís, prefiero mantener la incertidumbre para hablar de él más adelante en otro post –qué queréis que os diga si las ideas ya empiezan a escasear–. A cambio, estoy convencido de que el invento que traigo hoy aquí no os dejará indiferentes. Es cosa de los americanos, como casi siempre. Se lo ha sacado de la manga la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA), perteneciente al Departamento de Defensa de los Estados Unidos, responsable del desarrollo de nuevas tecnologías para uso militar. Esta agencia, que fue creada en 1958 como consecuencia de la Guerra Fría, tiene el mérito, entre otros, de haber puesto las bases para la creación de Internet. Por lo tanto, creo que se ha ganado con creces el respeto por todo lo que hace.

Pues bien, ¿alguien se ha planteado alguna vez tener en casa un perrazo al que no sea necesario desparasitar, que no te deje perdida de babas la ropa ni cubierto de pelos el piso, ni se lleve una parte de tu presupuesto en sacos de pienso ni en bistecs, que no te robe ni un ápice de tiempo jugando a lanzarle el hueso o la pelota y que, además, no te enseñe los dientes si, supuestamente, se te va un poco la mano y descargas sobre él la ira acumulada en el trabajo? En menos de lo que canta un gallo, va a ser posible. El perro perfecto está al llegar. Se trata de Big Dog, un macho alfa de la familia de robots de la compañía Boston Dynamics, en cuyo diseño ha colaborado también la NASA y la Universidad de Harvard. Mide un metro de largo y setenta centímetros de alto, y pesa setenta y cinco kilos. Se mueve gracias a un motor de gasolina que acciona un sistema de actuación hidráulica. Las patas articulan como las de un animal y tienen elementos amortiguadores que absorben los impactos y reciclan energía con cada paso que dan. Una computadora de a bordo controla la locomoción, los servomecanismos de las patas y una amplia variedad de sensores, entre los cuales aquellos que le garantizan una visión estroboscópica. Además, un sofisticado sistema de control maneja la dinámica de su comportamiento para mantener el balanceo, la dirección, la navegación y la regulación energética. Puede recorrer seis kilómetros cada hora, ascender pendientes de hasta treinta grados y, de momento, ha sido utilizado para cargar pesos de más de cincuenta kilos.
Yo ya me veo libre de mi pesado equipo fotográfico mientras recorro con Big Dog inhóspitas selvas amazónicas o abriéndome paso sin contemplaciones entre las hordas de turistas que los sábados por la mañana me amargan la compra semanal en el mercado de La Boquería.

1 comentari:

  1. "!El chucho en cuestión da un poco de yuyu!
    Más que un perro, animal de compañía por excelencia que es capaz de querer de un modo incondicional a su amo -aunque este sea un cabrón- proporcionándole compañía y alegría; este "bicho" parece una enorme araña negra que pretende devorarte mientras duermes.
    Te puedo asegurar que, o perfeccionan el "bicho" en cuestión poniéndole una lengua "llardosa" y un montón de pelo suave (que es uno de los aspectos que más irrita de tener perro) o conmigo -los tipejos de la NASA- lo tienen claro".

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