26 de juny 2011

LA CARRERA DE MERCEDES

Foto: Imágenes Google

Como madre no hay más que una y la mía cumple años precisamente hoy, me he permitido colgar un breve relato suyo que encontré el otro día rebuscando entre papeles. Lo escribió en 1992, aquejada también ella por la anómala suerte de fiebre olímpica que durante unas semanas de aquel inolvidable año afectó a tantos barceloneses. Espero que sea de su agrado y del vuestro, lectores.
«Yo me apunté como Voluntaria en los Juegos Olímpicos porque últimamente estoy en una forma increíble. Pero lo que nunca podía imaginar es que el propio Samaranch viniera a casa a buscarme para suplir una vacante: una participante de Ghana se había rajado y los dejó colgados, así que pensaron en seguida en mí porque es que el Sr. Samaranch me había visto correr un día cuando venía de la plaza y era muy tarde y todavía tenía que hacer la comida. «¡Qué estilo!», debió de pensar. Así que me llevé una gran alegría porque entrenada ya lo estaba, ya. Me fui a Montjuïc corriendo, pero corriendo en todo el sentido literal de la palabra y me incorporé a la carrera que ya estaba empezada. Salí por la calle tres que me habían reservado y en un pis pas ya estaba al lado de una negrita de Kenia que llevaba un moñete y unos aros de oro preciosos.
En fin, la carrera fue mucho más cansada de lo que me imaginaba pero suerte que eché mano de mi Isostar y en un periquete me planté en primera posición. Gané a una negra del Unificated Team, a otra de Kenia, a otra de Sudáfrica, a todas las negras habidas y por haber y a una moscovita de Moscú que era muy paliducha pero que corría que se las pelaba, la tía. Bueno, gané la primera vuelta porque se ve que pensaron: 'Déjala que s’esbravi', y yo, claro, entre el Isostar y las ganas que tenía de terminar, porque la verdad es que en casa me dejé todo por hacer por la dichosa carrerita, pues eso, que en la primera vuelta me dejaron hacer, pero en la segunda, ¡ay, madre!, en la segunda empezaron a correr las condenadas y yo alucinando... 'pero, ¿dónde van éstas?'. Pues sí que tienen prisa. Claro, sus casas aún están más lejos y, a lo mejor, hasta las camas se habían dejado por hacer. Pero luego me remonté, ya lo creo que me remonté, y me dije: '¡Qué diantre! A la mierda la faena de la casa. Yo he venido aquí a ganar...'. Pero al final me ganó por pelos la sudafricana, mejor dicho, por pelos no, por morro, porque tenía una bemba que la hizo llegar a la meta cuatro centésimas de segundo antes. Ya sabía yo que con esta boquita de piñón que Dios me ha dado no tenía ninguna posibilidad de ganar».
Mercedes García Penalba (verano de 1992)

2 comentaris:

  1. Ricard, molt maco el conte de la teva mare, m'ha encantat!! Manu

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  2. Precioso. Un beso a la madre y otro al hijo.
    gus

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